Topos Aztecas comparten su experiencia con estudiantes de la ESPOL

Once rescatistas voluntarios de los Topos Aztecas llegaron a la Escuela Superior Politécnica del Litoral, el miércoles 4 de mayo. Vistiendo overol de color naranja, el tono del desprendimiento, del abandono del ego y el servicio a los demás, según explicó su líder, Héctor ‘Chino’ Méndez, quien al igual que el resto de sus compañeros evidencia en su uniforme las banderas de los países en los que han brindado ayuda y a la altura del pecho, el hombre águila, emblema del grupo.

Los voluntarios que trabajaron en labores de rescate tras el terremoto ocurrido el pasado 16 de abril en Pedernales, se reunieron con el rector de la ESPOL, Sergio Flores Macías y el Director de la Unidad de Bienestar Estudiantil, Ángelo Calderón en la sala de Consejo Politécnico; luego compartieron con la comunidad politécnica algunos consejos de supervivencia ante desastres naturales.

El titular de la ESPOL les dio la bienvenida y agradeció por compartir su experiencia y conocimientos además de la colaboración voluntaria que han brindado en Ecuador. “No solamente ahora, sino el trabajo que han venido haciendo desde hace un año en el país, capacitando a la gente en este tipo de desastres (un promedio de 200 personas, entre bomberos, policías y miembros de la Cruz Roja). Una labor que muy poca gente conoce; pero en estos momentos se ve el resultado de su trabajo”, puntualizó Sergio Flores.

El ‘Chino’ Méndez autodefinió a los Topos Aztecas como agentes provocadores sociales además de voluntarios, al tiempo que compartió una experiencia que data de septiembre del 2013 tras un deslizamiento en una zona rural del estado mexicano de Guerreros, conocida como La Pintada. En ese lugar los Topos Aztecas trabajaron en las labores de rescate y junto a 20 fundaciones lograron que lo que fue una población perdida en la Sierra Mexicana se hiciera famosa a nivel de reconstrucción. “Casas de tres habitaciones, dos niveles, muebles, salón de usos múltiples, lúdicos, piscinas, talleres, máquinas de coser; hasta cafeterías tipo Starbucks pusieron ahí, porque es zona cafetalera en medio de la Sierra. Es parte de la contribución de nuestra organización en la vida social de mi país”, recalcó.

Los Topos Aztecas trabajan desde hace 30 años y han recorrido Indonesia, Nepal, Japón, Haití, México, por mencionar algunos. Como parte de sus labores, han ayudado a niños huérfanos que han sido víctimas de guerras y tsunamis.

Marisol Álvarez, de 21 años, es la integrante más joven de los Topos Aztecas, agrupación a la que pertenece desde hace siete meses. Cuenta que es la primera ocasión que sale de México, país en el que estudia la carrera de Seguridad Pública y Ciencias Forenses en la Universidad Tecnológica de Nayarit.

Marisol destaca la fortaleza del pueblo ecuatoriano: “(…) Aunque su ciudad está desbastada tienen la fortaleza para ir a la zona cero y compartir, por ejemplo, un poco de agua con nosotros (…) La misma sociedad te da el valor para estar ahí”. También recuerda el “saludo caluroso” que le dio una niña cuando llegó a Ecuador. “Me dijo: Gracias por venir a apoyar a mi país (…) Fue algo que me conmovió mucho, no supe qué hacer, la abracé y le dije gracias…”, concluyó.

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